sábado, 7 de abril de 2012

Retos a los que se enfrenta la profesión de trabajador social debido a la crisis en la que nos encontramos inmersos. 


Como bien define la Federación Internacional de Trabajo Social (FITS), el Trabajo Social es una profesión que promueve el cambio social, la resolución de problemas en las relaciones humanas y el fortalecimiento y la liberación del pueblo para incrementar el bienestar. 

El Trabajo Social tiene que responder a los cambios económicos y sociales que afectan a los ciudadanos, el trabajador social tiene la labor de promover el bienestar social de los individuos, grupos y comunidades y facilitar una mayor cohesión social. Es una disciplina con un claro compromiso social que interactúa en el ámbito racional de las personas con su entorno, pudiendo intervenir tanto a nivel preventivo como rehabilitador. 

Los cambios derivados por la crisis influyen en la demanda de atención profesional por parte de los ciudadanos y provocan un aumento de esta. 

Debido a los problemas económicos que sufre la población a surgido un nuevo grupo de demandantes "los nuevos excluidos", un grupo conformado por desempleados de larga duración que soportan cargas familiares, que no disponen de liquidez y que requieren de una respuesta urgente.

Hoy en día, los trabajadores sociales han de fomentar el rol de mediador para buscar alternativas a las nuevas necesidades que se están produciendo. Están obligados a optimizar tanto los recursos que se ofrecen desde cualquiera de las instituciones así como a potenciar los recursos personales y los relacionales propios de la persona. Para ello, tendrán que utilizar diferentes estrategias como la de reforzar las redes informales de apoyo del propio individuo; impulsar el trabajo en red con los distintos profesionales que trabajan dentro del sistema de protección social, además de seguir fomentando la participación ciudadana.

En los últimos años se ha vivido una época de bonanza económica y de desarrollo del Sistema Público de Servicios Sociales, que posibilitó la ampliación de las prestaciones y recursos sociales, pero en detrimento de la perspectiva comunitaria, propiciando una actuación más individualista y menos solidaria por parte de la ciudadanía. En un contexto de crisis económica como el que estamos viviendo, la cohesión social se hace más necesaria y como ciudadanos nos deberíamos unir entendiendo que sin participación social el cambio es algo casi imposible.

A pesar de lo complicado de la situación, tengo la creencia de que mi futuro trabajo cobra mayor sentido en el momento actual pues este consiste en apoyar el desarrollo y la construcción de redes comunitarias y de apoyo social para conseguir la emancipación, autonomía y bienestar de las personas.


Así pues, en este contexto social, nuestro rol profesional nos compromete en la búsqueda de alternativas de mejora. En parte, esta crisis, puede llegar a ser un reto para el cambio y que la sociedad sea capaz de construir otras relaciones y otras estrategias para buscar soluciones y respuestas a los problemas actuales, donde los trabajadores sociales seamos mediadores y facilitadores del proceso.


No hay comentarios:

Publicar un comentario